Todos los frutos secos son buenos, pero algunos lo son más.
Originario de Oriente, el pistacho es uno de los que más fibra y energía
aporta, junto a nueces y piñones. Además, tiene un gran contenido en minerales,
vitaminas, ácidos grasos, proteínas y micronutrientes saludables. Tomados
regularmente y con moderación, los pistachos ayudan a prevenir el cáncer y la
diabetes, a perder peso, a bajar el colesterol, a combatir el estrés y a
mejorar el estado cardiovascular.
Una ración de 30 gramos (unas 50 unidades de este alimento)
contiene 160 calorías, 3 gramos de fibra, 6 gramos de proteínas, 7 gramos de
grasas monoinsaturadas y 4 gramos de poliinsaturadas, pero ninguna grasa
saturada. Además de antioxidantes, como las vitaminas A y C, y el selenio, una
ración de este fruto seco aporta el 8% del valor diario recomendado de magnesio
y potasio y otros minerales como el hierro, que ayudan a prevenir las
alteraciones vasculares.
El pistacho ayuda a controlar los niveles de colesterol, la
inflamación y la salud de los vasos sanguíneos y, consumidos en la cantidad
recomendada de 42,5 gramos diarios, consigue que no suban los triglicéridos y
haya un buen perfil de lípidos en el organismo. Asimismo, el consumo de
pistachos contribuye a impedir la oxidación celular al luchar contra los
radicales libres, lo que retrasa el envejecimiento, y su contenido en fibra
insoluble, hace que se retrase el vaciado gástrico, se obtenga sensación de
saciedad y se favorezca el tránsito intestinal.
El consumo de pistachos es saludable por muchas razones. Los
investigadores de la Universidad Estatal de Pennsylvania (EE UU), efectuaron el
ensayo con adultos no fumadores que siguieron dietas bajas en grasas y con
diferentes cantidades de pistachos. Así, comprobaron que aquellos participantes
en cuya alimentación se incluían estos frutos secos experimentaban reducciones
en la presión arterial, la resistencia vascular periférica y la frecuencia
cardiaca en situaciones de estrés agudo.
Los resultados de este estudio demuestran que los alimentos
que comemos influyen en las respuestas fisiológicas a la tensión nerviosa, como
el aumento de la presión arterial, que se produce por acontecimientos que no
siempre podemos evitar, como el estrés laboral, un plazo corto para realizar un
trabajo o hablar en público. Consumir pistachos reduce los niveles de glucosa y
aumenta la sensibilidad a la insulina y, disminuyendo el riesgo de sufrir
diabetes tipo 2, una de las enfermedades crónicas más comunes en casi todo los
países del mundo.
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